gía, un carroñero o necrófago, es un animal que consume cadáveres de otros animales. Los carroñeros son útiles para el ecosistema al eliminar restos orgánicos y contribuir a su reciclaje. Los restos dejados por los carroñeros son después usados por los descomponedores.
Algunos carroñeros bien conocidos incluyen los buitres, escarabajos carroñeros, moscas infladas y mapaches. Muchos carnívoros grandes que cazan regularmente se vuelven carroñeros cuando tienen oportunidad, tales como las hienas y los leones.Los coleópteros son capaces de explotar una variedad enorme de productos orgánicos, y la carroña es uno de ellos. Sobre un cadáver, se da una sucesión ecológica, de manera que diversas especies se van instalando y son sustituidas por otras a medida que el cadáver va descomponiéndose. Así, los Staphylinidae y los Histeridae se instalan sobre el cadáver fresco; en realidad, se trata de especies depredadors que se alimentan de las larvas de dípteros que empiezan a desarrollarse. Cuando la carne en descomposición se ha desecado un poco, acuden los Silphidae.Carroña es carne corrompida. La carne de animales muertos que sirve de alimento a ciertos animales carroñeros que se alimentan de cadáveres.
La carroña comienza su descomposición desde el momento que muere el animal, atrayendo a los insectos y proliferando bacteria. Poco después de la muerte del animal, el cuerpo emite un olor apestoso causado por la presencia de la bacteria y dos sustancias llamadas cadaverina y putrescina.Los ornitólogos los llaman jotes, jote cabecirrojo, cabeciamarillo, real o negro. Este último, abundante en nuestros campos, especialmente en zonas ganaderas, a menudo aparece en grandes concentraciones sobre animales muertos. El común de la gente los llama cuervos.
También se acostumbra a dar otros significado a los términos "cuervos" o "buitres" . Se califica así a la persona avara, aprovechada, que vive y come a costa ajena, que se aprovecha de los demás.
Pero en estas líneas no nos referiremos a las especies animales tan útiles a la naturaleza, algunas en peligro de extinción por la acción del hombre, si no a los hombres denominados cuervos o buitres cada vez más abundantes y que, lamentablemente no figuran como en "vías de extinción" .
El país que se extingue
La Argentina se caracterizó por sus riquezas naturales, por las bondades de sus productivas tierras, por el amor de sus habitantes a esas tierras de sus mayores y de sus hijos, por su sentido de hermandad territorial, de solidaridad, por la defensa de su territorio. Por su orgullo de ser argentino. Pero fundamentalmente por la honradez de sus mujeres y hombres.
Hoy los valores morales parecen que corren serios riesgos de desaparecer.
Ya no importa si se regalan los ferrocarriles, los teléfonos, los bancos, el petróleo la energía eléctrica, entre otras cosas. Parecería que con los subsidios a los jefes y jefas de familia desocupados resolverán la decadencia argentina.
Pero pese a todos los "ataques depredatorios" aún el país existe, subsiste.
Desde hace mucho tiempo se pretende "negociar" con lo último que nos queda: nuestros recursos naturales.
Los ambientalistas argentinos impidieron, en su momento, los planes de María Julia Alzogaray de canjear "Deuda por naturaleza".
Pero la idea no se detuvo. Comentábamos hace un tiempo en estas líneas que escuchamos, no con asombro, si con indignación, la propuesta del "profesor" Carlos Escude, declarado representante del Tío Sam, (no sería elegante llamarlo alcahuete) en un programa televisivo de que "la Deuda Externa debemos pagarla con recursos naturales". Ideas que provienen de un mismo pensamiento ¿filosófico?.
Argentina ¿es de los argentinos?Es que tiene que entrar un buitre en la oficina del consejero de Medio Ambiente para que admita los ataques que se están produciendo a las explotaciones ganaderas?". La pregunta de Ángel Samper, portavoz de los ganaderos de Huesca, deja claro el malestar existente en el sector con la Administración por el hambre que están padeciendo estos animales carroñeros, que les está obligando a acercarse cada vez más, y de manera muy peligrosa, a corrales y parideras. De hecho, en lo que va de año los ganaderos cuantifican ya seis ataques, centenares de bajas y graves daños económicos.
Fuentes oficiales apuntan a que en la actualidad en Aragón habitarían unas 8.000 parejas de leonados, lo que equivaldría a una población de 24.000 buitres. A los que habría que sumar las parejas de quebrantahuesos y alimoches.
Si cada uno de estos ejemplares necesita, según los expertos, un alimento diario de entre 400 y 500 gramos de carne, el aporte de comida total rondaría los 12.000 kilos cada día.
El cierre de muladares
Frente a ello, y a causa de una directiva "El buitre es una víctima más de la situación. Y la culpa es de la DGA por no haber escuchado a los colectivos y no haber adoptado la línea abierta contemplada en la directiva sobre zonas remotas", añade Samper. Unos lugares alejados de los núcleos urbanos en donde se permitiría abandonar los cadáveres ante la dificultad de recuperarlos.
Tanto Agricultura como Medio Ambiente del Gobierno de Aragón decidieron la semana pasada sentar las bases precisamente para definir esas zonas remotas. Además, se comprometieron a acelerar la creación de hasta 30 nuevos comederos en los próximos meses.
La situación es grave, según los ganaderos. "Los buitres han dado un paso más. Por un lado, existen informes de veterinarios que certifican los ataques a perros que salieron a defender a las ovejas. Por otro lado está lo ocurrido en Loarre, donde los buitres accedieron a una explotación cerrada, traspasando un muro de cemento, algo inédito en su comportamiento. Y por último, hay evidencias de ataques a animales sanos", asegura Samper, presidente de la Federación de Agrupaciones de Defensa Sanitaria (ADS) de Huesca.
El miedo de los pastores es que se repita lo ocurrido en Loarre el pasado día 10 de enero, donde 300 ovejas murieron por asfixia al amontonarse asustadas por.el pánico ante la presencia de los buitres.
Mientras tanto, la DGA ha establecido un protocolo de actuación para los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) para cuando se produzcan ataques. Así, entre otras indicaciones, deberán informar al ganadero para que los buitres no consuman los restos de los cadáveres, de manera que las partes picoteadas se puedan trasladar a La Alfranca para su necropsia.
"En el último encuentro con la DGA se comprobó que existe una muy buena disposición por su parte para solucionar este problema, pero somos recelosos", dice Samper.
Algunos carroñeros bien conocidos incluyen los buitres, escarabajos carroñeros, moscas infladas y mapaches. Muchos carnívoros grandes que cazan regularmente se vuelven carroñeros cuando tienen oportunidad, tales como las hienas y los leones.Los coleópteros son capaces de explotar una variedad enorme de productos orgánicos, y la carroña es uno de ellos. Sobre un cadáver, se da una sucesión ecológica, de manera que diversas especies se van instalando y son sustituidas por otras a medida que el cadáver va descomponiéndose. Así, los Staphylinidae y los Histeridae se instalan sobre el cadáver fresco; en realidad, se trata de especies depredadors que se alimentan de las larvas de dípteros que empiezan a desarrollarse. Cuando la carne en descomposición se ha desecado un poco, acuden los Silphidae.Carroña es carne corrompida. La carne de animales muertos que sirve de alimento a ciertos animales carroñeros que se alimentan de cadáveres.
La carroña comienza su descomposición desde el momento que muere el animal, atrayendo a los insectos y proliferando bacteria. Poco después de la muerte del animal, el cuerpo emite un olor apestoso causado por la presencia de la bacteria y dos sustancias llamadas cadaverina y putrescina.Los ornitólogos los llaman jotes, jote cabecirrojo, cabeciamarillo, real o negro. Este último, abundante en nuestros campos, especialmente en zonas ganaderas, a menudo aparece en grandes concentraciones sobre animales muertos. El común de la gente los llama cuervos.
También se acostumbra a dar otros significado a los términos "cuervos" o "buitres" . Se califica así a la persona avara, aprovechada, que vive y come a costa ajena, que se aprovecha de los demás.
Pero en estas líneas no nos referiremos a las especies animales tan útiles a la naturaleza, algunas en peligro de extinción por la acción del hombre, si no a los hombres denominados cuervos o buitres cada vez más abundantes y que, lamentablemente no figuran como en "vías de extinción" .
El país que se extingue
La Argentina se caracterizó por sus riquezas naturales, por las bondades de sus productivas tierras, por el amor de sus habitantes a esas tierras de sus mayores y de sus hijos, por su sentido de hermandad territorial, de solidaridad, por la defensa de su territorio. Por su orgullo de ser argentino. Pero fundamentalmente por la honradez de sus mujeres y hombres.
Hoy los valores morales parecen que corren serios riesgos de desaparecer.
Ya no importa si se regalan los ferrocarriles, los teléfonos, los bancos, el petróleo la energía eléctrica, entre otras cosas. Parecería que con los subsidios a los jefes y jefas de familia desocupados resolverán la decadencia argentina.
Pero pese a todos los "ataques depredatorios" aún el país existe, subsiste.
Desde hace mucho tiempo se pretende "negociar" con lo último que nos queda: nuestros recursos naturales.
Los ambientalistas argentinos impidieron, en su momento, los planes de María Julia Alzogaray de canjear "Deuda por naturaleza".
Pero la idea no se detuvo. Comentábamos hace un tiempo en estas líneas que escuchamos, no con asombro, si con indignación, la propuesta del "profesor" Carlos Escude, declarado representante del Tío Sam, (no sería elegante llamarlo alcahuete) en un programa televisivo de que "la Deuda Externa debemos pagarla con recursos naturales". Ideas que provienen de un mismo pensamiento ¿filosófico?.
Argentina ¿es de los argentinos?Es que tiene que entrar un buitre en la oficina del consejero de Medio Ambiente para que admita los ataques que se están produciendo a las explotaciones ganaderas?". La pregunta de Ángel Samper, portavoz de los ganaderos de Huesca, deja claro el malestar existente en el sector con la Administración por el hambre que están padeciendo estos animales carroñeros, que les está obligando a acercarse cada vez más, y de manera muy peligrosa, a corrales y parideras. De hecho, en lo que va de año los ganaderos cuantifican ya seis ataques, centenares de bajas y graves daños económicos.
Fuentes oficiales apuntan a que en la actualidad en Aragón habitarían unas 8.000 parejas de leonados, lo que equivaldría a una población de 24.000 buitres. A los que habría que sumar las parejas de quebrantahuesos y alimoches.
Si cada uno de estos ejemplares necesita, según los expertos, un alimento diario de entre 400 y 500 gramos de carne, el aporte de comida total rondaría los 12.000 kilos cada día.
El cierre de muladares
Frente a ello, y a causa de una directiva "El buitre es una víctima más de la situación. Y la culpa es de la DGA por no haber escuchado a los colectivos y no haber adoptado la línea abierta contemplada en la directiva sobre zonas remotas", añade Samper. Unos lugares alejados de los núcleos urbanos en donde se permitiría abandonar los cadáveres ante la dificultad de recuperarlos.
Tanto Agricultura como Medio Ambiente del Gobierno de Aragón decidieron la semana pasada sentar las bases precisamente para definir esas zonas remotas. Además, se comprometieron a acelerar la creación de hasta 30 nuevos comederos en los próximos meses.
La situación es grave, según los ganaderos. "Los buitres han dado un paso más. Por un lado, existen informes de veterinarios que certifican los ataques a perros que salieron a defender a las ovejas. Por otro lado está lo ocurrido en Loarre, donde los buitres accedieron a una explotación cerrada, traspasando un muro de cemento, algo inédito en su comportamiento. Y por último, hay evidencias de ataques a animales sanos", asegura Samper, presidente de la Federación de Agrupaciones de Defensa Sanitaria (ADS) de Huesca.
El miedo de los pastores es que se repita lo ocurrido en Loarre el pasado día 10 de enero, donde 300 ovejas murieron por asfixia al amontonarse asustadas por.el pánico ante la presencia de los buitres.
Mientras tanto, la DGA ha establecido un protocolo de actuación para los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) para cuando se produzcan ataques. Así, entre otras indicaciones, deberán informar al ganadero para que los buitres no consuman los restos de los cadáveres, de manera que las partes picoteadas se puedan trasladar a La Alfranca para su necropsia.
"En el último encuentro con la DGA se comprobó que existe una muy buena disposición por su parte para solucionar este problema, pero somos recelosos", dice Samper.